Un lugar encantado donde ellos nunca puedan llegar o donde transiten eternamente sin darse cuenta.

La vida silabeando.

-Exactamente, ¿Cuándo perdiste la cabeza? - Mmm, hace 3 meses. Una mañana me levante casado con una piña....¡Un espanto de piña! Ah.... pero yo la quería.



lunes, 28 de junio de 2010

De nada.


Mi intención no fue matarlo, más bien perdonarle la vida. Nunca vi a la muerte como un castigo, ni siquiera como el final de nada. Quizá como la salvación del alma y el regalo de la vida eterna. Deberías de estarme agradecido, lo salve de si mismo. Además procuré que sufriera. Aquel a quien se le apaga la vida sin haber sentido todo, muere vacío… y eso si que es horrible

viernes, 25 de junio de 2010

Suave.


Piel, tacto, caricia, el sabor de tus manos me vicia.
Ven, toca, choca tu lengua contra mi boca.
Suspiros, jadeos, háblame primero y cuéntame con los dedos.
Desliza, con ternura, tus labios por mi cintura.
Acaricia mi alma.
Araña, tira y desgarra,
Desplaza, delicados besos, sobre mi espalda.

jueves, 17 de junio de 2010

Te echo de menos.


Hoy me he acordado de ti al oír esa canción que tarareabas en el autobús el día que nos conocimos. Pero también lo hice ayer al pasar por ese sitio escondido en medio de la gran vía. Aquel tejado donde nos tumbábamos a hablar de estupideces y a bebernos juntos las noches. "Cuatro de la mañana, donde siempre, no llegues tarde". Siempre llegaba un minuto antes y tú uno después. Entonces me contabas mil historias sobre el mundo, el universo.. y las estrellas. Te asegurabas de que me aprendiera los nombres de cada una de ellas; "Algún día te las regalaré todas, tendrás que saber como se llaman, ¿no crees?" .Cada noche, inventabas nuevos nombres diferentes para cada una; "es imposible que sean las mismas, son tantas..." . Creo recordar que nunca llegaste a repetir ninguno excepto, claro, el de la estrella más brillante del cielo, aquella que siempre, pudieras verla o no, estaba ahí, Ihintza. No llegue a decirte que capella, hamal, betelgeuse, espiga y sirio eran los verdaderos nombres de esas estrellas, que siempre eran las mismas y que Ihintza, era en realidad un planeta llamado Venus.
Me gustaba más tu mundo que el que yo conocía.
También sé que me acordaré de ti esta noche. Un minuto antes de dormirme, cuando espere oír tu típico "hasta ahora" antes de cerrar los ojos.
Mmm.. me acuerdo de ti cuando veo guitarras, solo guitarras. Me recuerdan a las tres de la tarde en el malecón. A como rasgabas las cuerdas acariciando cada uno de mis sentidos. Me acuerdo de ti cuando escribo, siempre que escribo. Y me acuerdo de cuando me pedías que te escribiera cualquier tontería... Me parecía una estupidez. Podrías haberte quedado con todos mis textos ya que todos y cada uno de ellos se habían inspirado en ti. (Esa es otra de las cosas que no te dije). Me acuerdo de ti cuando las cosas no van bien y no te tengo para que me cambies a verde los días. Me acuerdo de ti, SIEMPRE, que alguien me dice te quiero; "Yo no te quiero, te aguanto" pero...."Te quiero aguantar siempre". Y entonces es cuando me acuerdo de todo lo que te he podido querer y de lo que te quiero. Y no consigo comprender porque no recuerdo habértelo dicho.
(...)

domingo, 6 de junio de 2010

Happiest.


Todos los locos estan sorprendentemente dotados para controlar su mente, que quieren ver, que quieren saber, que quieren creer, que quieren oir. Pueden cambiar radicalmente de una realidad a otra. Vivir felizmente su fantasía.

Asi que, bendita locura la mia..

miércoles, 2 de junio de 2010

Lluvia..

Miré al cielo al tiempo que aceleraba el paso. Si esta era la típica tormenta de verano, tardaría menos de media hora en desaparecer. Llegue al poco rato e instantáneamente aspiré con toda la profundidad que permiten unos pulmones humanos. Sonreí drogada. Me encanta el olor a hierba mojada. Me encanta el sabor amargo de una gota entre mis labios, la calma que se respira, el sonido hipnótico de la lluvia al caer.
El olor a Verde. Me encanta el olor a Verde. Me aleje del bullicio de gente que corría de un lado a otro huyendo de la lluvia, (creo que nunca entenderé esa reacción de la gente, ¿Por qué huyen? Es solo agua) y me dirigí a Mi sitio. En realidad, Nuestro, más bien tuyo. Pero bueno, no creo que te importe que lo siga usando. Me senté cómodamente sobre la hierba y me dispuse a buscar algo interesante. Alguien interesante. Pasee la mirada distraída entre la serie de rostros que se iban sobreponiendo encima de las imágenes diluidas que quedaban de las caras de los que acababan de pasar. Y entonces apareciste tú.
Eras tan normal, tan típico, tan… corriente. Y supongo que eso fue lo que llamó mi atención la primera vez que nos conocimos. Que no fueses diferente. Hay tanta gente que lo es, que en mi opinión el hecho de serlo ya es algo común. Tarde poco tiempo en darme cuenta de quien eras. Te hubiera reconocido en cualquier parte, la verdad. No hizo falta ni que me mirases. Sabía como lo harías. Directamente a los ojos, como siempre.