Un lugar encantado donde ellos nunca puedan llegar o donde transiten eternamente sin darse cuenta.

La vida silabeando.

-Exactamente, ¿Cuándo perdiste la cabeza? - Mmm, hace 3 meses. Una mañana me levante casado con una piña....¡Un espanto de piña! Ah.... pero yo la quería.



lunes, 24 de mayo de 2010

Finito.


Trece cosas que nunca supiste de mí.
Que nunca intenté mostrarte.
Pero que, ingenuamente, esperaba y deseaba
que descubrieras por tu cuenta.
Eran tan sencillas, tan obvias, tan mías.
Creí que fuera posible que al mirarme no necesitaras
más palabras que las que te gritaban mis ojos.
Pero los tuyos eran ciegos y los míos, con el tiempo,
se fueron quedando mudos.

domingo, 16 de mayo de 2010

Disturbia.


Miré con apego en lo que me había convertido.
No pensaba criticar mi nuevo aspecto, ni preguntar por
el cúmulo de imágenes que se agolpaban en mi mente.
Imágenes desagradables de las que no recordaba
haber sido participe, lo que me hacía pensar que
serían producto de mi imaginación.
Aun que el hecho de que estuvieran ahí,
hacía que dudara de mi benevolencia y de que, de
esas escenas sangrientas, yo no hubiera sido la protagonista.

Entorne los ojos y me centré en uno de esos recuerdos,
segundos después me encontraba a las entradas de
un laberinto formado por
una fila interminable de setos verdosos.
Sonreí irónicamente.
-¡Oh, vaya! ¿Cómo he podido llegar hasta aquí?-

Me deslice silenciosamente dentro del laberinto
y caminé ausente paseando ambas manos por
la superficie del seto.
Cada cierto tiempo paraba unos segundos
y con invisible resignación
comenzaba a andar de nuevo.
En una de mis paradas tropecé con un espejo.
Miré por segunda vez en ese día,
mi recién estrenada apariencia.
Vestía un traje liviano de color blanquecino,
que hacía contraste con el frío helado que se
deslizaba entre los pasadizos del laberinto.
Mi cabello oscuro caía formando ondas rebeldes
hasta la mitad de mi espalda y estaba ornamentado
con una corona de rosas marchitas cuyos pétalos
ennegrecidos se desprendían y esparcían por doquier
entre mis cabellos.
Los ojos ojerosos, los labios amoratados y las manos…
¿Eso era sangre? Miré ensimismada la sangre
que se resbalaba entre mis dedos
y caía pesadamente sobre mi vestido..

Volvía a comenzar la pesadilla.

Él.


Un suspiro, un susurro, no me sueltes, un segundo,
mil ralladas, siete gritos, un te quiero, no lo creo, calma..
Su voz en mi cabeza, una queja, su olor,
pedir perdón me da pereza.
Que me deje muda, desnuda con dos palabras,
que me quiera y que nunca me reproche nada,
que no me entienda..
Que tenga lo que quiera y no quiera lo que tenga,
que me aguante..un instante.
Saborear con los dedos el placer absoluto,
mi vida por su saliva y un canuto.

viernes, 14 de mayo de 2010

Amanecer.


-Oh no, oh no, ¿qué hago yo aquí?
-¿Cómo qué que haces aquí? ¿No te acuerdas?
-¡Claro que me acuerdo! Cenamos pizza.
-Sí.
-Tomamos algo y fumaste no se qué..
-Sigue.
-Salimos y estaba lloviendo.
-Sí, y te mojaste- Puntualizó.
-Mmm..
-Te quitaste la ropa.
-¡Pero, me dejaste unos pantalones!
-Nunca llegaste a ponerte esos pantalones..
-¡CALLA!
-Sabes lo que ha pasado, no entiendo porque lo niegas
y menos de que te quejas exactamente. Lo queríamos los dos.
-¡CALLA, CALLA!
-Y fue... increíble.
-ESTAS MINTIENDO, ¡AQUÍ NO HA PASADO NADA!
-Me quieres..
-¿PERO QUÉ DICES? Yo le quiero a él.
-Eso no decías anoche, decías que me querías y que estaríamos juntos para siempre.
-¡Dios mio! Anoche no estaba borracha, ¡ESTABA LOCA!
-¿Se lo dirás?
CÁLLATE!
-Te odiara por esto..
-¡NO! ¡MENTIRÉ! ¡MENTIRÉ, MENTIRÉ, MENTIRÉ! y TÚ me vas a ayudar..
-Dáme una razón.
-Que.. te quiero.
- Eso no te va a funcionar conmigo.
No sabes lo que significa esa palabra, ni siquiera has llegado a sentirla.. Estoy harto de que me llenes la cabeza de mentiras, así que esta vez vas a tener que afrontar las consecuencias de tus errores sola, ¿comprendes?
-Que me quieres- Rectifique con una sonrisa seca.
-Te odio.
-¿Me ayudaras?
-...
-¿Y bien?
-¿No lo hago siempre?

Ella.



Me gusta.. Me gusta porque es impredecible. Pero.. no de esas personas que por el hecho de ser impredecibles sabes exactamente lo que van a hacer. No, ella no. Ella es rara.
Soy única, me dijo una vez. En ese momento no la creí y ella supo que le mentía. Siempre he mentido con una facilidad sorprendente, con elegancia, incluso.
Pero ella siempre sabia descodificar cada una de mis silabas y desmoronar mis argumentos pieza por pieza. Siempre lo hacia. Y ella lo odiaba, ella odiaba que le mintiese. Y yo.. yo lo hacia constantemente. Un día desapareció. Esos ojos, esos ojos llenos de ese.. algo, esa sonrisa alegre, transparente, sin un solo complejo, todas esas maneras, respuestas, susurros y gestos se apagaron. Se esfumaron. Sin más. Todas esas cosas que pensaba que tenia bajo control y de las cuales podía prescindir en el mismo momento en el que yo lo desease, se volvieron en mi contra y me encontré con un No rotundo y una soledad absoluta. Todo esto desbarato mi vida al completo, obviamente. Yo, el típico Don Juan, el mujeriego, el que nunca había sufrido, pensado, necesitado, ni querido a ninguna mujer... ahí estaba. Noche tras noche agarrado a lo único que me quedaba de ella, como si mi vida, mi existencia y mi felicidad dependieran de ello. Su bufanda. Maldita bufanda que después de seis años sigue oliendo a ella. Oliendo igual que el primer día que nos conocimos. Tanto tiempo llevo auto convenciéndome de que ella se acuerda de mi.. Pero no ¡que va! ella nunca fue así. Puede que quizás, llegara a quererme, ¿Que digo? ¡Claro que me quiso! Ella nunca malgastaba su tiempo, con nada, con nadie. Todo lo hacia por una razón, si no, no tenia sentido. Y se marcho porque yo carecía de razones para retenerla. Y realmente le daría igual, a ella le daría igual porque nadie era, es, o sera suficientemente importante como para pararle la vida, como para hacerla retroceder. Todo le resbala, le pesa.. si, pero no le importa. Prefería vivirlo todo a esperar un nada. Prefería una simple sonrisa a preocuparse de mi y de mis mentiras. Mmmm.. Sabia sacarle el lado bueno a todo. Yo era mejor con ella. Me encantaría ser como ella. Es mas, estoy seguro que de toda la gente que hay en el mundo, es la única persona que desearía conocer dos veces.

Lililies.


Que la gente no entiende, que prefiera ir volando a caminando.
Que me guste ser libre.
Que yo no busco nada más que divertirme.
Pasar buenos momentos e irme sin despedirme.
Que será que no he encontrado a nadie que consiga derretirme.
Para que mentirme..
Pero por eso mientras, prefiero vivir al límite,
sin preocupaciones, sin tener que decidirme.


Quiéreme trece.


Quiéreme brutal, quiéreme naturalmente,
quiéreme ahora, o siempre,

pero ni tanto, ni obviamente,
quiéreme ciego, quiéreme loco, demente,
quiéreme hasta clavarme los dientes,
quiéreme adolescente, semanalmente te quieros
no muy convincentes, quiéreme ardiente,
convénceme haciéndome cosas diferentes, indecentes,
no quieras meterte dentro de mi mente, quiéreme indiferente,
sonríe y luego asiente verás como me resulta atrayente,
quiéreme sin expectativas,
no quiero ser la que tus sueños arruina, violentamente,
es alucinante traspasar tus pupilas ¿por qué me miras?,
no soy yo la que contaminó tu vida a mentiras, en carne viva,
quiéreme con impotencia hasta gritar y
desgarrar los hilos de tu propia conciencia,
quiéreme dependente, deprimente,
quiero ser la herida de la que quieras desprenderte,
inútilmente, quiéreme a solas, completamente,
quiero más de lo que me quieres ahora, sinceramente.